sábado, 11 de octubre de 2014

RUTA: Supelegor, la morada de Mari


Mari, la diosa de la mitología vasca, tiene morada en las principales montañas de Euskadi, entre las que viaja convertida en una bola de fuego. Como no podía ser de otra forma, Gorbeia acoge una de esas cuevas. Y si Mari debía elegir un escenario acorde con su magia y misterio, éste no podría ser otro que Itxina. Allí, en el corazón de este inhóspito y fascinante macizo kárstico, se encuentra la cueva de Supelegor, hogar no sólo de Mari, sino de toda su corte de sorgiñas y lamias, que en las noches tormentosas se sientan en el espectacular pórtico de la caverna, de 20x20 metros, en torno a una fogata. Por eso cuentan que, hasta hace no mucho, los pastores de Gorbeia rehuían adentrarse en la gruta. Aunque la superstición iba por gremios. Otra tradición asegura que los ferrones buscaban en ella la protección de Mari cada vez que estrenaban nueva ferrería. Aunque los únicos habitantes de los que se tiene constancia científica son los murciélagos. En la cueva viven 16 de las 25 especies catalogadas en la Península. El mejor acceso a Itxina para conocer Supelegor no desmerece la majestuosidad y el misterio de la cueva y está considerado también como la principal entrada al macizo: el Ojo de Atxulaur, una de las formaciones más espectaculares del complejo kárstico. Situado al nordeste del macizo, a 1.100 metros de altitud, se trata de un arco de piedra de grandes dimensiones, que antiguamente era la entrada a una cueva actualmente desaparecida por efecto de la erosión.



La ruta más rápida a Atxulaur parte de Pagomakurre. En el área recreativa seguimos un camino que tras atravesar un par de bosques desemboca en la campas que rodean Itxina.
Area recreativa de Pagomakurre

Fuente en Pagomakurre

Curiosa roca en Pagomakurre
Campas
Desde allí, un sinuoso sendero nos sitúa en la puerta de entrada de este singular macizo kárstico . Traspasar el Ojo de Atxulaur siempre tiene un significado especial. Pisamos las mismas piedras por las que han transitado desde hace miles de años pastores y carboneros.
Subida al Ojo de Atxulaur
Ojo de Atxulaur









Lo primero que encontramos es una amplia hoya a nuestros pies, que bordeamos por la derecha hasta descender a una cruce de sendas.

Hacia la izquierda se dirige el camino que atraviesa Itxina y, tras pasar por la majada de Lexardi, concluye en Kargaleku, la entrada a Itxina desde Arraba. Hacia abajo continúa la ruta a Supelegor.
Señalización









Ofrecer referencias en este laberinto es complicado. Lo mejor es no perder de vista los numerosas hitos, que nos dirigen por el karst entre hayas, ruinas de txabolas y restos de carboneras, sorteando hoyadas y pasos entre las rocas.
Laberinto de Itxina

Laberinto de Itxina

Laberinto de Itxina
Tras superar uno de los más angostos, los hitos señalan un desvío que lleva a la cercana cueva de Axlagor, que en realidad es un túnel curvado.
Cueva de Axlagor
De vuelta al camino, no tardaremos en llegar a Supelegor. Su majestuosidad permite entender que sea uno de los principales enclaves mitológicos de Euskadi. Si hemos sido previsores y tenemos linterna incluso nos podremos aventurar en su interior para descubrir alguno de sus secretos...
Cueva de Supelegor
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