viernes, 10 de abril de 2015

Las tres olas

     
En Bermeo vivía una sorgiña que siempre quería quedarse con lo que no era suyo. Un día un pescador que se llamaba Matxin, volvía de la pesca con un cesto lleno de anchoas tan frescas, que aún coleaban. La sorgiña le salió al encuentro.

-Hola Matxin- le saludó -, buena pesca traes hoy...
-Sí, no está mal del todo. La faena ha sido dura, pero el resultado bien lo merece- respondió el pescador

       Matxin iba a marcharse, pues no le gustaba que le viesen hablando con aquella sorgiña, cuando ésta le dijo:

-¡Oye! ¿Por qué no me regalas esas anchoas?
-Pero, ¿que dices?- respondió Matxin muy enfadado -¡Estás loca! ¡Aparta de mi camino, vieja desdentada!

       Diciendo esto, el joven la apartó de un empujón y continuó su camino. La sorgiña no podía ocultar su rabia.

-¡Maldito seas Matxin! ¡Me las pagarás, me las pagarás!- le gritó alzando el puño.

       Después, la sorgiña fue en busca de su hija y de una amiga, que también eran brujas.

-Oídme bien- les dijo -Matxin, el pescador, no ha querido darme su cesta de anchoas. Y ademas, me ha empujado y me llamado vieja desdentada, ¡y eso no se lo pienso perdonar! Mañana, cuando salga a la mar, lo estaremos esperando. Nos convertiremos en tres olas gigantescas. La primera le preocupará, la segunda le asustará y la tercera..., ¡la tercera le hundirá!

       Y las tres se dirigieron a la playa.
       Nada hubiese podido salvar al pobre Matxin si Takio, un chaval vecino del pescador, no lo hubiera oído todo  y se lo contara a su amigo. Matxin se quedó un poco preocupado, pues no era bueno estar a malas con una sorgin tan poderosa que podía convertirse en ola. A pesar de todo, decidió salir a la mar y prepararse para el ataque.
       Al día siguiente, como de costumbre, preparó las redes y salió a navegar acompañado por Takio, quien había insistido en él.
       Ya llevaban un buen rato navegando cuando vieron que se acercaba una enorme ola.

-¡He aquí la primera!- exclamó Matxin.

        La ola llegó y levantó la barca muy, pero que muy alto.
       Al poco apareció la segunda ola.

-¡He aquí la segunda!- gritó Matxin -¡Agárrate bien Takio, que ésta nos va a hacer bailar!

       Y así fue, la segunda ola les zarandeó tan fuerte  que parecía que la barca iba a zozobar en cualquier momento. Pero también pasó sin mayor percance.
       Finalmente, vieron a lo lejos acercarse a la tercera ola. Era enorme, mucho mñas grande que las dos anteriores, negra y amenazadora.

-¡Y aquí está la tercera! Prepárate Matxin- se dijo a si mismo - porque si te equivocas estarás perdido.

       Matxin asió un arpón y se preparó para la embestida. Cuando parecía que la ola iba a tragarse la barca y a sus ocupantes, el pescador lanzó el arpón con todas sus fuerzas al centro de la ola. En el  momento en que el arpón atravesaba la ola se oyó un desgarrador grito y la ola se volvió roja para después desaparecer sin llegar tan siquiera a zarandear la barca.
       Matxin y Takio se abrazaron con gran alegría y regresaron a puerto sin haber pescado nada, pero contentos de estar sanos y salvos.
       Al día siguiente todo el pueblo se preguntaba que le habría pasado a esa extraña mujer con fama de bruja, que había desaparecido y cuya toquilla había aparecido en la playa. Nadie se atrevió a preguntarles nada a la hija y a la amiga que, vestidas de negro, no hacían más que llorar a la orilla del mar.
       Por eso, los marineros de Bermeo siempre recuerdan esta historia, y llaman a las tres olas que siempre aparecen juntas "las tres Marías".

viernes, 6 de febrero de 2015

RUTA: En Busca de las Lamias (Cascada de Gujuli - Lago de Lamioxín - Cascadas de las Corraladas)




Cuenta la leyenda que en Gujuli vivía una Lamia que poseía un espejo mágico que concedía cualquier deseo a quien lo tuviese. Un día un pastor se lo robo, pero cuando la Lamia descubrió quien se lo había quitado, fue donde el y le prometió el tesoro más valioso que Mari podía entregarle a una Lamia a cambio de que le devolviese el espejo. El pastor accedió a dárselo, imaginando una montaña entera de oro, pero la Lamia lo convirtió en casacada diciéndole:

        "Una cascada es el tesoro más valioso que Mari puede darle a una Lamia. Así que, sin faltar a mi promesa, te convierto en cascada para que así también sirva de escarmiento a ladrones."

Esta cascada es el espectacular salto de agua del río Oiardo a su paso por Gujuli. Aprovechando los fuertes caudales de agua en estos días gracias a las nieves que han caído, nos animamos a ir a Gujuli para visitar esta cascada con tan bella leyenda, y aprovecharemos para dar un paseo asta donde posiblemente fuera la morada la Lamia de esta historia, la Laguna de Lamioxín, conocida como la Laguna de las Lamias, a pocos kilómetros del pueblo de Beluntza. Y nos pasaremos también por las cascadas del río Corraladas que si no son tan espectaculares como la de Gujuli en tamaño, si lo son en belleza.

Para comenzar la ruta aparcamos el coche en el pueblo de Gujuli junto a la iglesia. Bajo la iglesia transcurre un camino que se dirige a las vías del tren, lo seguimos asta encontrar a un lado una puerta giratoria que nos da acceso a las vías que deberemos cruzar y a pocos metros estaremos ya junto a la cascada de Gujuli. Actualmente este paso esta prohibido debido al riesgo que supone por lo que, si decidimos pasar, deberemos hacerlo con precaución para no precipitarnos al barranco.



Después de disfrutar un rato de estas espectaculares vistas nos dirigimos a un mirador donde disfrutaremos de una vista más panorámica de la cascada, al oro lado del barranco. Para ello volvemos hasta la iglesia y, un poco más adelante en el cruce, tomamos la carretera que va a la izquierda pasando por encima de un pequeño puente.


El camino nos llevará directos hasta la zona de aparcamiento del mirador donde cogeremos el camino de la izquierda siguiendo las señales que nos indican el camino al mirador.










Después de esto volvemos hasta el parking y seguimos bajo el tendido eléctrico dirección suroeste unos 700 m. hasta encontrar un camino señalizado que se cruza. Es la ruta GR-282 señalizada con las marcas blancas y rojas. Nosotrxs la seguiremos un buen rato tomando dirección Altube, por lo que en este cruce iremos hacia la izquierda.










Continuamos siguiendo las marcas blancas y rojas del GR siempre en dirección Altube. A unos 500 m. nos encontraremos con un cruce de caminos. No nos despistemos y en vez de seguir de frente debemos tomar el camino que gira bruscamente a la izquierda, sin dejar de seguir las señales del Gr-282. Cuando hallamos caminado algo menos de un kilómetro nos toparemos con el camino de viene del pueblo de Beluntza. Seguiremos el GR descendiendo hacia la izquierda hasta el próximo cruce.

Enseguida veremos la laguna de Lamioxín en donde nos detendremos un momento para disfrutar del paisaje. Para ello nos desviaremos levemente a la izquierda en el próximo cruce.

Yo aproveché para almorzar y tomar unas fotos a ver si  con un poco de suerte veía a alguna de estas hermosas Lamias, aunque sin mucha suerte; o al menos eso creo, porque los patos que ahí nadaban parecían vigilantes sin importarles en exceso mi presencia.

Como la ruta me ha sabido a poco y voy muy bien de tiempo, decido que voy a visitar las cascadas del río Corraladas que no están muy lejos y que, debido a su belleza, estoy convencido de que allí alguna Lamia también habita.

Para ello volvemos al cruce donde nos desviamos para visitar la laguna y seguiremos de nuevo las marcas blancas y rojas del GR. Descendemos una fuerte pendiente durante algo más de 500 m. hasta encontrarnos una pista que se cruza. La señal nos indica que debemos ir a la derecha dirección Altube.


Cuando hallamos caminado unos 700 m. nos encontraremos con un desvío. En este punto abandonaremos el GR que asciende por la derecha y seguiremos por la pista a la izquierda.


Por la pista proseguimos durante 500 m. más o menos y en una curva algo cerrada la abandonamos para coger un sendero a la izquierda que nos llevara asta las cascadas de las Corraladas.


Para volver asta el punto de partida vamos a desviarnos un pelín para visitar las ruinas del IZARRA INTERNATIONAL COLLEGE. He de avisar que desde que se quemo uno de los edificios, la diputación ha puesto vigilancia privada para que la gente no acceda a la propiedad. Yo, sin saberlo, entre por la parte de atrás. Cuando me encontré con el segurata no me puso ningún problema y me explico como esta la situación. Me dijo también que el camino principal es camino público y que por ahí podemos pasar sin ningún problema.

Para ir asta las ruinas vamos a andar sobre nuestros propios pasos hasta el cruce justo después de pasar la laguna de Lamioxín, en donde nos encontramos con el camino que venía de Beluntza, que es el que vamos a coger ascendiendo por la izquierda. Enseguida nos toparemos con una edificación con las ventanas y puertas tapiadas donde seguiremos a la izquierda.


Siguiendo esta pista, a mano izquierda, están la mayor parte de estas ruinas y continuando por ella llegaremos a la carretera A-2521.


En la carretera iremos hacia la derecha para encontrar enseguida el tendido eléctrico del principio. Nos salimos de la carretera para ir bajo los cables hasta llegar al aparcamiento del mirador de Gujuli.


Desde el aparcamiento, por el mismo camino del principio, nos dirigimos a la iglesia de Gujuli, donde tenemos el coche.

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domingo, 25 de enero de 2015

El Basilisco del pozo

Cerca de Martioda, Álava, existió un poblado llamado Urrialdo que hace muchos años estaba muy poblado y se trataba de un lugar muy próspero y rico. Pero un día ocurrió algo que acabaría con toda la alegría se sus habitantes. Una serpiente robó un huevo a una gallina y se lo llevo a empollar en un pozo que estaba cerca. Llegado el momento, el huevo se rompió, y de el salio un monstruo del tamaño de un gato, su cabeza era como la de una gallina con dientes en el pico, pero su cuerpo era de serpiente con alas llenas de espinas y una cola tan puntiaguda que parecía una lanza. Se trataba de el Basilisco, y era el animal más terrible que ha podido existir, cuyas armas eran sus ojos y sus dientes. Su mirada era tan mortal que hacia que las plantas se marchitasen, que los arboles se secasen y los pájaros cayesen en seco en pleno vuelo. La única planta capaz de resistir la mirada del Basilisco es la “hierba de gracia” (Boskoitza), que ademas cura las heridas causadas por los dientes de este. Y solo hay dos animales que puedan vencerlo: el gallo y la comadreja. El Basilisco apareció un día en el pozo, enroscado en un tronco que había sobre el agua. Ds mujeres que se acercaban para lavar la ropa lo vieron. -¿Que es eso que hay sobre el pozo?- preguntó una. -No se, yo diría que es un gallo.- respondió la otra- -¿Pero como va a ser un gallo en medio del agua?¿Dónde has visto cosa igual? En lo que discutían, el Basilisco clavó la mirada en las dos mujeres y murieron casi al instante. Justo después el monstruo desapareció. Nadie podía explicarse esas dos muertes. Fueron ocurriendo más muertes misteriosas cerca de aquel pozo, y el pánico se fue apoderando de lxs habitantes de Urrialdo. Un día decidieron mandar al pozo a alguien para vigilar.Aún no había amanecido y el joven se subió a un árbol y esperó, oculto entre las ramas. Cerca del mediodía, vio un carruaje que se acercaba por el camino del pozo. Los viajeros contemplaban el paisaje y hacían comentarios sobre las casas. En eso, se fijaron en el lago y al instante, emergiendo entre las aguas, apareció el basilisco. Su mirada se clavó en el carruaje y, antes de que el mozo que estaba en el árbol pudiera darse cuenta de lo que ocurría, el vehículo y sus ocupantes desaparecieron. Martín se quedó con la boca abierta del asombro, se frotó los ojos creyendo que estaba soñando, miró de nuevo al lago..., pero el basilisco había desaparecido. Al enterarse de lo ocurrido, todos los habitantes de Urrialdo comenzaron a temblar de miedo. No sabían cómo luchar contra un ser tan poderoso y decidieron marcharse del pueblo, porque lo más importante era seguir vivos. Sólo unos pocos se atrevieron a quedarse allí. Pero el tiempo pasaba, las casas abandonadas iban cayéndose de viejas y los que habían decidido quedarse eran cada día más pobres, porque tenían miedo a salir y encontrarse con el basilisco, y tampoco se atrevían a utilizar el agua del pozo. Los animales andaban sueltos, tratando de encontrar comida porque sus dueños ya no se ocupaban de ellos. Cuando se acercaban al pozo para beber, aparecía el basilisco y los mataba con la mirada. Un día, un viejo gallo al que casi ya no le quedaban plumas, se acercó al pozo. El basilisco apareció y se lo quedó mirando, pero su mirada nada podía contra el viejo gallo, que también lo miró, y así estuvieron durante un buen rato. Creyendo el gallo que aquel otro había ido a quitarle el puesto de jefe en el gallinero, cogió aire, hinchó el pecho y cantó tan fuerte como cuando era joven. El basilisco se convirtió en estatua de piedra, se rompió en varios cachos y se hundió en el agua. Nunca más se ha visto un basilisco en la región, pero los habitantes que se habían marchado no regresaron, y el pueblo de Urrialdo no volvió a conocer la prosperidad que una vez tuvo.

miércoles, 21 de enero de 2015

RUTA: Buscando a la Mora de Zaldiaran


Cuenta la leyenda que hace muchos siglos vivía en una torre ubicada en Zaldiaran el señor Don Pedro, quien estaba casado con Doña Assona. Todo transcurría en paz asta que los musulmanes Banu Qasi penetraron en tierras alavesas, Así que Don Pedro y sus hombres tuvieron  que entrar en combate.
Un día, un soldado musulmán atravesó con su lanza un costado de Don Pedro y todo el mundo le dio por muerto, pero no fue así, el señor Don Pedro sobrevivió, y cuando despertó vio como una bella mujer musulmana se encargaba dulcemente de sus cuidados y sanación. La mujer le dijo que se encontraba prisionero en la fortaleza de los Banu Qasi. Alli permaneció durante cuatro largos años en los que acabó enamorándose de la mujer que lo estuvo cuidando, cuyo nombre era Zaida, y de este amor nacieron dos niños.
Pero con el tiempo llego la paz, y todos los prisioneros fueron liberados; así que Don Pedro regreso a tierras alavesas, prometiendo a Zaida que regresaría para buscarlos a ella y los niños. Pero nunca cumplió su promesa y con el tiempo Don Pedro se fue a vivir a Gasteiz. Zaida lo estuvo esperando durante años, pero al ver que su amado no regresa decidió ir ella con los niños a buscarle; así que se presentó en la torre de Zaldiaran, pero la torre estaba vacía. Zaida se sentó en las escaleras de la entrada a esperar su regreso, mientras se peinaba con un peine de oro y los niños jugueteaban a su lado. Pasaron los años sin que el señor de la torre regresara jamas.
Siglos después, una pastora que pasaba por allí con su rebaño vio junto a las ruinas de la torre a una mujer con ropas extrañas que se peinaba con un peine de oro. Al acercarse a curiosear, la mujer y los niños desaparecieron entre las ruinas, cayéndose el peine. La pastora se lo guardo, pero cuando se disponía a irse, la mujer apareció tras de ella diciéndole:

"Dame mi peinedere dere dere"

La pastora , del susto, tiró el peine y salió corriendo. Desde entonces muchos han ido a ver a la joven Zaida, pero nadie la ha vuelto a ver.

Hoy me dispongo a ir a Zaldiaran a ver si tengo la suerte de poder observar a la hermosa Zaida y a sus alegres hijos. Para ello parto desde la misma ciudad de Gasteiz; en el barrio de Salburua, que es en donde vivo. Aunque para acortar la ruta se puede empezar desde el pueblo de Berrosteguita , por donde vamos a pasar.

PRIMER TRAMO (SALBURUA-BERROSTEGUIETA)

            Partimos desde la Avda. de Praga 32, nos dirigimos hacia las vías del tren y giramos a la derecha en Avda. Capital de Euskadi siguiendo las vías asta llegar a un puente que las cruza.
Lo cruzamos y atravesamos el parque asta pasar dos carreteras; junto al polígono industrial seguimos por la pista que va de frente dejando a la izquierda la que va hacia el barrio de Errekaleor.


Seguimos la pista y acabaremos viendo una antigua estación de ferrocarril en ruinas donde continuaremos por la pista que gira a la derecha. La pista acaba en una carretera que cruzaremos dirigiéndonos a la derecha y cogiendo el camino que de dirige al SO.












A unos 100 m. cogemos la pista de la derecha que se dirige hacia Olarizu .
 Más adelante encontraremos varios cruces de caminos; da igual cual cojamos pues todos acaban en las campas de Olarizu.

Una vez salgamos a las campas nos dirigimos hacia la la casa de la Dehesa; tras de ella olvidamos los caminos que ascienden a la cruz de Olarizu y cogeremos el que se dirige al NO.

Seguimos por la carretera asta el próximo cruce de caminos donde cogeremos el que sigue de frente.


 Pasaremos junto a las huertas ecológicas que el ayuntamiento de Gasteiz otorga por sorteo a lxs ciduadanxs.

Un poco más adelante cruzaremos una carretera que entra a la ciudad y nos dirigimos dirección SO hacia las viviendas que vemos más a la izquierda (Pueblo Gardelegui).


Siguiendo el camino, recto llegaremos a una pequeña plaza con vistas a la explanada, bajo la que discurre un camino dirección N.

 A unos 250 m. giramos a la izquierda para pasar junto a un pequeño vertedero ilegal, y continuando asta el próximo cruce, donde tomaremos la pista de la izquierda para dirigirnos hacia el pueblo de Lasarte).

 En Lasarte nos dirigimos hacia la iglesia. Frente a la plaza vamos por la calle Goiena.

 Nos desviamos por la siguiente calle a la derecha (calle Menditxo).



Nos dirigimos a la derecha en la carretera, que al poco rato se convierte en pista de gravilla.



Seguimos la pista sin desviarnos asta llegar a la carretera que da comienzo al puerto de Zaldiaran (A-3102). Enfrente esta el pueblo de Berrosteguieta. Cruzamos la carretera y tomamos un camino que que va ligeramente a la derecha y bordeamos el pueblo.


 En el siguiente cruce nos tomamos el camino de la izquierda y nos dirigimos hacia la iglesia del pueblo.



 SEGUNDO TRAMO (BERROSTEGUIETA-CUMBRE DE ZALDIARAN)

           Desde la iglesia de Berrosteguieta, donde podremos dejar cerca el coche si deseamos empezar la ruta desde aquí, nos dirigimos por la calle que transcurre de frente a la iglesia. En el cruce seguimos de frente por la calle Artetxo.

Enseguida la carretera se convierte en parcelaria que enseguida abandonaremos para coger un camino a la derecha.

A unos 150 m. buscamos a nuestra derecha un camino que trascurre entre árboles.

El camino acaba en una serie de pistas que se introducen en el bosque de Armentia, pero nosotrxs cogeremos otra pista que vuelve hacia atrás por nuestra izquierda.




Continuamos por la pista sin desviarnos medio kilómetro más o menos asta encontrar otra pista que se nos cruza, en donde nos dirigiremos a la derecha.



La seguimos y nos toparemos con una puerta, la cual no tenemos que pasar, sino continuar por la pista hacia el S.












Andamos durante medio kilómetro más o menos asta encontrar un camino a la izquierda, que tomaremos abandonando la pista.


 Seguimos el camino si desviarnos asta que este desaparece entre las hojas caídas; en este punto empezaremos a ascender hacia la derecha para alcanzar la cumbre por donde se deduce que trascurre el camino (despejado de hojas si se verá el camino).

Enseguida visualizaremos la antena del repetido que se encuentra en la cumbre del Zaldiaran, y ya solo es llegar asta ella de la forma que más nos guste. Debajo de la roca, en la cara Oeste, hay una pequeña cavidad escavada en la roca que nos puede servir de refugio para almorzar si el tiempo no es muy agradable.
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                                 Descargar aquí la ruta
                                     (Esperar 5 seg. y dalle a "SALTAR PUBLIVCIDAD" en la parte superior derecha)